"Todo espacio sagrado implica una hierofanía, una irrupción de lo sagrado que tiene por efecto destacar un territorio del medio cósmico circundante y el de hacerlo cualitativamente diferente." Mircea Eliade. Lo sagrado y lo profano. Cap. I.
Por estos días, me acompaña cada noche las palabras de un filósofo muy reconocido en la actualidad: Byung-Chul Han. En una época donde pensar, reflexionar, observar, discernir, relacionar, imaginar y contemplar realidades parecen actividades "demenciales", me considero felizmente parte de ese grupo de personas que todavía valoran estos actos. Mi mente es lo que más me impulsa.
Byung-Chul Han, profesor, conferencista, escritor y pensador contemporáneo, no solo define conceptos, sino que nos invita a explorar los lugares donde antiguos filósofos han dejado su huella para tratar de comprender quiénes somos, por qué estamos aquí, por qué hacemos lo que hacemos, cómo es nuestro mundo y cuál es la realidad. Este pensador surcoreano me ha dejado muy pensativa, especialmente con sus imágenes más que con sus textos. Quisiera citar uno de ellas: "Con nuestras manos le ofrecemos regalos al otro. Dado que no existe ninguna diferencia entre un apretón de manos y un poema, un apretón de manos es un regalo. A ojos de Celán (Paul Celan, autor citado en su libro La tonalidad del Pensamiento), hoy en día vivimos en un tiempo oscuro, en un tiempo sin manos verdaderas. Es decir, sin poemas, sin contacto físico, sin deseo hacia el otro".
Después de muchos años de experimentar el ritual desde diversas tradiciones y diferentes motivos, creo que considero estas palabras de Byung Chul como una forma de despertar hacia el ritual nuevamente, hay una gran necesidad de volver al rito íntimo y personal, porque a través de él se celebra el diálogo espiritual entre "el Creador" y su creación, yo soy parte su creación, así que cuando el rito me acerca a "Él" encuentro de nuevo esto que sería un apretón de manos, aquí es cuando se hace la poesía; considero todo lo que se requiere saber para hacer poesía, una buena y muy bella poesía, pero a veces estos procesos tan técnicos, hasta el uso de un teclado en un computador, nos alejan demasiado de lo que sería el ritual de la escritura.
Me cuesta mucho escribir, no me disido fácilmente que tema poder expresar en esta pantalla, con estos botones que tienen signos alfabéticos, pero escribo, escribo con un lápiz, en cualquier hoja, escribo con las manos que dibujan una imagen cualquiera, escribo en un diario de símbolos, escribo cada día con mis dedos sobre las líneas heredados en mis manos, escribo tras el alimento que preparo cada día, escribo sobre la piel de mi gato, escribo sobre las telas que me cubren, tantos lugares en donde escribimos nuestros pensamientos y de todos estos, ¿cuántos se vuelven un rito?
Si a través de nuestra mano, somos creadores, hemos demostrado que con nuestras manos construimos maravillas y destruimos la vida. Sin embargo, hemos encontrado que al ofrecer con nuestras manos, a través del ritual, ofrecemos lo que deseamos, entregamos lo mejor que podemos, en ese ritual es donde manifestamos nuestra fe, nuestra verdadera capacidad de crear, de producir, de entregar a través de la poesía de nuestras manos, esta sería la mejor forma de poder traer a esta realidad, lo mejor de la humanidad, entonces, la poesía es el camino hacia la realización personal, y el ritual el método que nos acerca hacia la creación desde la divinidad. Dicen los Sufíes:" conviértete en lo que amas".
Por ahora dejo esta reflexión simbólica, desde mis manos, o mis dedos, pulsando estas teclas, me voy a celebrar el ritual de este día.
Gracias por tomarte el tiempo de leerme, y te agradezco compartir tu sentir pensar en este espacio.
Carolina Cuervo
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